martes, febrero 16, 2010

Imparare dagli altri

Últimamente he abierto mi corazón para aprender más de los demás. No es que nunca lo hubiera hecho, pero suele suceder que cuando estás agobiad@ por algo, tiendes a encerrarte en ti mismo y no ver el mundo exterior.

A mi no me legan los problemas como gotitas en una gotera, donde puedes tapar la gotera o arreglar el techo. A mi me llueven como granizos (no creo necesario explicar metafóricamente esto último).
Me gustaría ser más valiente, como la Ali o Erendis; que pueden reconocer abiertamente lo que les pasa, aunque sea a través de un blog; desahogarme, poner algo triste cuando así me sienta o al revés. Y mientras escribo busco excusas para distraerme, pero sé que debo hacerlo. Quizá no me convierta en una mejor persona por eso, sin embargo es algo que en cierta y pequeña parte podría ayudarme.

Hace un mes y medio aproximadamente, me diagnosticaron un Síndrome de Dolor Miofacial en el cuello. Es complicado, ya que tengo dos discos verticales abiertos en esa zona, donde los nervios están expuestos. Ha sido complejo, aceptar que debes cuidarte por algo que sólo a las personas mayores es probable que le de (y yo cumplí 24 años hace dos días). No puedo estar más de media hora en la misma posición, ni leer largas horas como tanto me gusta por que aunque no me duela en el minuto, me afectará gravemente después.

Hay días en que quiero tirar la toalla. Me da miedo salir de mi casa, pero ya dentro de unas semanas debo hacerlo. Me aterroriza el sólo pensar que me de algo. Recuerdo hace un par de años cuando la vesícula casi me explotó y me daba miedo comer. Ya tenia algo malo relacionado con eso antes y ese miedo agravó mi situación. No quiero que me vuelva a pasar.
Tener miedo es malo, me lleva a cometer errores; y lo peor de todo es que son bastante inconscientes. Luego de un par de semanas después del diagnóstico del cuello, me pillaron en una recaída, me dieron un ultimátum.

He pasado los días acá, intentando hacer cosas productivas, como avanzar en mi memoria, pero no me da. Sólo me resulta cómodo estar durmiendo donde sé que por lo menos en dos horas no tendré que estar preocupandome del cuello, que si lo que me dieron de comer no me hará inflarme como un globo, que ya lo que veo no se puede cambiar, etc.

Y pucha que duele, sobre todo cuando hay gente que te ama a tu lado y tu pareces un mueble.

Pero hay días como hoy en que de verdad tengo ganas de hacer más cosas, no esconder todo detrás de una sonrisa, abrirme más y poder decir lo que siento; no ser una piedra ni querer morir porque mi vida es el monotonismo vivo. Sólo sucede que no encuentro la forma de arreglarla, ya que la mayoría de las personas a mi alrededor están en las mismas o peor.
Sólo queda seguir aprendiendo cosas como estas, tener el valor de decirlas, aunque sea por aquí y nadie las lea.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo las leo y las leeré siempre que pueda :) te quiero mucho Mi-chelle :) no te pude saludar por tu cumple porque estaba en Argentina u_u pero ya llegué y aprovecho de dejar el saludito atrasado por aca :) besos!

Unknown dijo...

Es interesante lo que escribes, Michelle.

Es cierto, a veces tenemos que aceptar las cosas como nos vienen. A veces la vida nos sorprende, La Fuerza nos sorprende con sus recovecos y manías. Pero en eso está lo lindo de la vida: continuar. Hay una película, que nunca he visto, pero la frase de título me basta para saber de qué se trata: Retroceder nunca, rendirse jamás.

Te invito a que te relajes, te sientes, cierres tus ojos, olvides todas tus preguntas, y escuches el siguiente Relato:

Hace muchos años, en la época de la gloriosa República, hubo una mujer, Nomi Sunrider. Ella estaba casada con un caballero Jedi muy poderoso, Andur. Ella era muy poderosa en la Fuerza, pero nunca tuvo el valor para aprender a usarla. Se decía a sí misma que no era prodente, que era demasiado tímida, y que esperaría a enseñar a su hija, Vima. Cuando fue a Stennes junto a su familia, para entregar una piedras al Maestro de Andur, Thon, unos ladrones los abordaron, y atacaron hiriendo de muerte a Andur. Nomi, para defender a su hija, y el tesoro que llevaba, tomó la espada de luz de su marido, y dio muerte a los bandidos. Posteriormente prometió llevar las piedras a Thon, pero se juró a sí misma jamás volver a tomar una espada de luz, ni usar la Fuerza.

Cuando llegó hasta Thon con su pequeña hija, él las recibió como huéspedes. Thon, en su inmenso conocimiento de la Fuerza, descubrió que Nomi tenía el don natural para la técnica de batalla meditativa Jedi, técnica muy poco usada por su extrema complejidad. Thon decidió enseñarle esa técnica, para que se convirtiera en una Jedi poderosa. Pero Nomi siempre rehusó usar la espada de luz.

Llegó un momento en que Nomi debió enfrentar a los que ordenaron el ataque a su marido, todos secuaces de un gangster, Bogga el Hutt. Éste había ordenado robar los cristales adegan, usados en la construcción de espadas de luz. Nomi utilizó su técnica meditativa Jedi para influir en la batalla, y así provocar el caos en las filas enemigas. Cuando esto ocurrió, Nomi liberó al cautivo Maestro Thon, y empuñó un sable de luz y acabó con el hutt.

Esa batalla mostró que Nomi Sunrider, viuda de Andur Sunrider, estaba lista para ser entrenada en la parte más difícil del entrenamiento de un aprendiz Padawan: la construcción de un sable de luz. Thon, entonces, llevó a las dos mujeres a Ossus, planeta santuario para los Jedi. Allí le enseñó a construir su sable de luz a Nomi. Ella sabía que para ser una Jedi, tenía que aceptar todo lo que había ocurrido: la muerte de su esposo, la forma despiadada en que había tomado venganza... Pero para iniciar su camino como defensora de la Luz, debía aceptar todo eso, y avanzar. Ser fuerte, y adaptarse a todo lo que se le ponía por delante. El construir una espada de luz le recoraría siempre a su amado y fallecido esposo, y la forma violenta en que lo había vengado. Pero también significaba haber defendido su vida, y la de su pequeña hija. Y lo más importante: significaba revivir a su marido a través de la defenza de la Luz, la Verdad y la Justicia en la República. Cuando hubo aceptado todo lo que había ocurrido, cuando abandonó el miedo a tener una espada de luz en sus manos, cuando hubo abandonado el temor a caer en el Lado Oscuro, Nomi Sunrider se convirtió en una de las más grandes Jedi que la Fuerza y la Galaxia conocieron.

Espero hayas entendido el mensaje.

Que la Fuerza te acompañe, siempre.

Ali PM dijo...

no es valentia en mi caso amiga , es que necesito desahogarme de todo lo que siento , ea eso o cotarme y prefiero escribir , me hace mejor.
No digo que no cueste ni nada pero me sirve y uno debe buscar el desfogue como sea...tu la llevai con ganas , dejate querer...si toda la cagaita que tengo en estos minutos me ha enseñado algo es que uno puede cobijarse en sus amigos...sabes yo no podria sobevivir si no fuese por la gente que tengo al lado , aunque sea bia fb o sms o mail...el cariño y apoyo que siento lo paga todo.
Si necesitas ayuda pidela pq nadie tiene como saberlo si no y me tinca que eres tre buena para enmascaar lo que te pasa.
besotes

Efe dijo...

Yo lo leí, y te puedo decir que no se trata de ser valiente, o tener "cojones" como digo yo. Se trata de querer expresar lo que siente respecto de lo que te ocurre, todo está en el querer.
El querer hacer algo realmente puede cambiar las cosas, el querer expresar, el querer cambiar las cosas, el querer amar siempre va todo en lo que uno quiera, uno puede apagar el sol si quiere amor, no lo olvide.
Por mi parte quiero que sepas que cuentas conmigo para lo que necesites. Sé que a veces tus problemas están mucho mas allá de lo que yo pueda hacer, pero QUIERO estar ahí para ti, aunque no pueda hacer mucho, por lo menos tendrás un hombro para apoyarte, no?
Te amo preciosa

Erendis dijo...

Yo no soy valiente, simplemente tengo depresión y me hace ya mal dejarme la mierda dentro. Tú eres la valiente, sales adelante siempre... te adorooooo!!!!

Erendis

Unknown dijo...

Siento que ya no sé cómo entenderte ni cómo acercarme. Me gustaría tener esas conversaciones que antes teníamos, en esos momentos en que lográbamos la empatía absoluta.

No sé qué será, no sé si te molestes por lo que escribo. No es ninguna acusación, es un sentimiento que tengo nada más u___u